Cerramos el mes de agosto y es cierto que, para la mayoría de personas, este año es muy diferente a todo lo conocido hasta ahora.

Hoy me alegro por ti si estás en algún lugar pasando unos días de descanso, o si  te quedaste en casa para disfrutar de “esos días libres” de este año tan diferente a otros años. Disfrutar de esos días, si te vas o te quedas  “de otro modo” es la prioridad.

En mi caso, estoy con mi plan que es “no tener plan”. Disfrutar de lo que surja, del descanso y de las sorpresas que vengan . Y aunque hemos tenido meses de muchas sorpresas que podríamos llamarlas atípicas, dolorosas, difíciles, cambiantes… lo más importante es surfear en esa circunstancia difícil de manejar, como es la incertidumbre y sumergirnos en el momento presente por ejemplo estos días y en tu hogar.  Momentos también divinos que nos pueden traer paz y sosiego a ese futuro incierto. Sé que a muchos esto os pone muy nerviosos, pero también tiene un valor muy especial el plan de no tener ningún plan

Están circunstancias nos enseñan otras otras  experiencias que están de lujo aprovecharlas y  observarlas.

Algunas de mis ideas para estos días en casa es aprovechar para renovar la energía de mi hogar y os comparto mi “no plan” que es disfrutar de mi hogar por ejemplo así:

  • Descansa bien por la noche para que tu día sea más placentero y al levántarte por la mañana no tengas prisa, estos días se trata de no correr y que fluyan las horas.
  • Prepárate un desayuno que te dé energía y felicidad. Con flores en la mesa y seguido de una ducha energizante donde puedes buscar ese momento de plenitud para seguir disfrutando de tu hogar.
  • Coloca objetos amorosos y cálidos sobre las mesitas de noche , como unas velas, para reforzar que tus sueños sean felices.
  • Ordena tu casa, o ese rincón que se quedó para otro día y nunca veías el momento de hacerlo.
  • Y si eres muy estricta con el orden, permítete un poquito de desorden “vacacional”.
  • Ahora que tienes tiempo, otra opción es arreglar todo lo que no funciona (algún enchufe, una persiana, el jardín…)
  • Y si no has leído en todo el año por falta de tiempo, es el momento de parar y leer o aprender a meditar.
  • Deja que la armonía del espacio te abra las puertas al bienestar rociando tu casa con unas gotas de tu colonia o perfume favorito.
  • Impregna tu casa con música de la que te gusta y añade un ratito de baile que te haga reír.
  • Cambia fotos antiguas por más actuales de los momentos felices que tienes en tus recuerdos vividos.
  • Deshazte de aquellos objetos que ya no son útiles y ocupan espacio.
  • Sal por la mañana de casa y ponte a pasear por tu ciudad y vete decidiendo en cada momento lo que quieres hacer, no vayas con horarios ni planificación.
  • En algunos lugares ahora no podemos ir al cine, pero seguro que puedes buscar una película por Internet para pasar un buen rato.
  • No pienses que te vas a poner hoy, coge lo primero del armario y sal.

Como ya sabes no es posible tener todo bajo control, así que mimándote estos días y dando confort a tu hogar  y a ti misma puedes pasarlo bien y los resultados son bajar la ansiedad, calmar la mente y volver al trabajo preparada y con más fuerzas.

Uno de los sesgos cognitivos más nocivos es la incertidumbre de no poder hacer planes en el futuro, en tus días libres, el próximo mes o dentro de unos días……¿cómo te mueves con ella?

La incertidumbre va mucho más allá del miedo y la ansiedad al «no saber» a que tengas que parar y no quieras, a cambiar tus planes en el último momento por circunstancias que no controlas…tiene que ver con el soltar y dejar ir, rendirte ante la vida y adaptarte a las circunstancias, sean cuales sean, para fluir armoniosamente con ellas. Esas emociones provocadas por nuestros “futuribles” como la ansiedad, la tristeza, el enfado ….. todas ellas tienen que ver con nuestra resiliencia o la capacidad para afrontar la adversidad, nuestra tolerancia a que suceda un acontecimiento negativo.

Cuando por miedo te esfuerzas en sostener lo insostenible, te agotas y llegas a un punto donde ya no puedes más, provocando en ti un desgaste energético considerable. El hecho de querer tenerlo todo bajo control, planificado y estructurado, no sirve de gran cosa ya que la vida siempre te sorprende. Si te aferras al control, serás víctima de tu propio ego, pero si sueltas y dejas ir, abrirás la puerta que te conectará con los milagros…

Es una oportunidad para ser como una cometa al viento, adaptable y flexible, y permítete que la corriente de la vida te lleve, sólo así llegarás a conocer tu esencia divina y sabiduría interna. Si por el contrario te empeñas en ir contra corriente, lo más probable es que pierdas el rumbo y te estrelles.

Yo lo vivo como un camino a abrirse a las posibilidades.

Una cuestión importante es concienciarnos de que los resultados pueden ser múltiples. Aferrarnos a una respuesta concreta aumenta nuestra incertidumbre y, de esta forma, nuestro sufrimiento. Por tanto, si al enfrentarnos a una situación abrimos el abanico de todos los resultados posibles, nuestra necesidad de cierre será mejor. A pesar de querer escuchar una respuesta por encima de las demás, estaremos más preparados para afrontar lo que tenga que ser.

Puede ser un gran momento de conocer nuestro interior más profundamente, disfrutando de las “grandes cosas que nos rodean” en  nuestro hogar. Es una prolongación física y emocional que plasma cómo somos, nuestros gustos y nuestro cuidado personal en nuestro ambiente más íntimo.

Y si te sobra tiempo y ganas de dar un pasito más, te dejo unos ejercicios prácticos para combatir la incertidumbre:

1.- Identifica la emoción, no intentes luchar contra ella, obsérvala, normalízala, no te enfades por sentirla

2.- Identifica de dónde proviene a incertidumbre, la ansiedad, el miedo… Indaga qué está pasando por tu cabeza y pregúntate dónde estás: ¿en el presente?, ¿en el pasado?, ¿en el futuro?

3.- No le dediques mucho tiempo de tus conversaciones al asunto que tanto te preocupa. Márcate un tiempo máximo para hablar sobre ello, sino corres el riesgo de que todas tus conversaciones giren en torno al mismo tema, y en consecuencia todos tus pensamientos.

4.- En esos momentos de pensamientos recurrentes de miedo, de ansiedad, cambia la mirada, cambia el sujeto de tu pensamiento y dirígelo hacia ti, pero hazlo pensando en lo que te gusta, lo que te apetece, tus placeres vitales, dedícate tiempo, cuídate, busca esos momentos para ti.

5.- Practica la flexibilidad y la espontaneidad, la vida es puro movimiento, ponte a prueba y haz pequeños ejercicios de exposición, para romper tu necesidad de controlar las cosas.

VENTAJAS DE LA INCERTIDUMBRE

  • La incertidumbre hace que estemos más atentos a lo que pasa a nuestro alrededor, por si vemos una oportunidad que podamos aprovechar. Por eso nos mantiene más despiertos y más en contacto con el entorno y las personas. Es que nos comunicamos de manera diferente.
  • Otra ventaja es que nos ayuda a descubrir aspectos de nosotros mismos que no conocíamos. Sobre todo por medio del aprendizaje. ¿Quién iba a decir a un ama de casa que podría abrirse un blog para vender objetos de artesanía hechos por ella? ¿O a un trabajador de oficina, aburrido del trabajo,   que abriría su propio negocio de comidas preparadas? Detrás de esto ha habido reciclaje, formación y ensayo y error.
  • Para adaptarse a la incertidumbre es importante entender el concepto de sociedad líquida. Antes había periodos más o menos estables. En nuestra vida personal se producía un cambio y, la nueva situación, duraba un tiempo. Después volvía a cambiar y se mantenía un tiempo más. Que ahora vivamos en una sociedad líquida significa que no hay nada que se mantenga. Nuestra vida y el entorno donde la vivimos es como un río, que está en movimiento continuo.
  • También hay que aceptar la naturalidad del cambio. Y esto puede querer decir que necesitamos tiempo para acostumbrarnos a ellos. Nos podemos dar permiso a nosotros mismos para cometer errores. No siempre estaremos a tiempo de adaptarnos a  una oportunidad. A veces tendremos dos que serán incompatibles y tendremos que escoger. Y nos podemos equivocar. Pero podemos aprovechar el error para aprender.

LA INCERTIDUMBRE JUNTO AL CORONAVIRUS

La incertidumbre y el virus ha  venido para quedarse.  El conocido esquema por el que una persona iniciaba la edad adulta con una perspectiva de seguridad (un trabajo para toda la vida, una pareja para toda la vida y un hogar para toda la vida) se estaba desvaneciendo. Y que es normal vivir este cambio con cierta preocupación.

Manejar la incertidumbre por el coronavirus implica aprender que no podemos controlarlo todo. Evidentemente eso resulta incómodo: las personas nos sentimos más tranquilas cuando sabemos qué pasará. Cuando tenemos una seguridad. Y la incertidumbre hace que busquemos esa seguridad. Que busquemos respuestas. Y si  no las encontramos, nos las inventamos. Todo para recuperar la calma.

Es normal que hagamos esto. Como coach  veo cada día las preguntas que se hacen mis clientes  sobre cómo les irá el futuro y qué les va a cambiar, ante múltiples situaciones. Y lo que les propongo es válido para todo el mundo -salvando las distancias-. También para las personas que experimentan la incertidumbre por el coronavirus.

Se trata de buscar un equilibrio entre lo que podemos controlar y lo que no.

LO QUE PODEMOS CONTROLAR:

Tener claro de qué disponemos ahora, individualmente, y de cómo podemos utilizarlo para el presente y el futuro. Hacer una lista con los recursos con los que contamos (incluyendo la formación y experiencia, el apoyo social y familiar, los contactos profesionales, las propiedades, los servicios y ayudas públicas, etc). Descubriremos que tenemos más de lo que creemos.

Con la palabra «controlar»  me refiero a cosas que sabemos que tenemos y que  nos pueden ayudar. Son recursos con los que contamos. La sensación de control es uno de los elementos que más contribuyen a reducir la ansiedad y la incertidumbre. Siempre considerando que no se trata de tener más, sino de utilizar lo que tenemos para el bienestar.

LO QUE “NO” PODEMOS CONTROLAR :

En situaciones como la actual, una parte de la incertidumbre es inevitable. Luchar contra la incertidumbre a toda costa es un esfuerzo agotador, y tampoco nos ayudará. Aceptar esta realidad nos ayuda a hacerle frente.

Y eso sirve para todos los cambios que puedan llegar y, que, por ahora, nadie conoce ni puede adivinar. Ni siquiera los que hacen pronósticos en los medios de comunicación. No pueden predecir los acontecimientos porque no tienen situaciones similares del pasado en las que basarse.

En resumen, manejar la incertidumbre por el coronavirus supone un equilibrio entre ayudarnos con lo que tenemos y aceptar que no podemos saberlo todo.

¡Te deseo unos días de calma y con menos desasosiego! Aprovechando todo lo que está en tus manos

Feliz Vuelta!