Coaching de Equipos en el hospital

¿Sientes que tu equipo no trabaja  a todo su potencial? 

¿Te sientes estresado ante esta situación que se da a diario en tu trabajo? 

¿Cómo te sientes cuando estás sólo ante la tarea diaria y no hay colaboración?

Para el buen funcionamiento de un equipo, es necesario que exista una misión compartida, un buen canal de comunicación, un ambiente armónico, responsabilidad por parte de los miembros, planificación y coordinación entre otros factores.

¿Te gustaría que en el hospital donde tú trabajas, se generen dinámicas de colaboración proactiva?

¿Te gustaría luchar menos contra el sistema y disfrutar más de tu labor?

Lo que hace que no los simples grupos, sino los verdaderos equipos alcancen la excelencia, para mí, son 4 cosas:

  1. En los equipos, sus miembros se ocupan unos de otros más de lo que es cómodo.
  2. En los equipos, sus miembros se arriesgan más de lo que parece seguro.
  3. En los equipos, sus miembros sueñan más de lo que parece práctico.
  4. En los equipos, sus miembros esperan más de lo que parece posible.

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¿Qué conseguimos con estos procesos?

Cambio de enfoque.
Vivir con emoción: Gestionar una adecuada atención a los pacientes, clientes o usuarios
Gestionar los conflictos, mejorando la comunicación del equipo
Alinear esfuerzos con la visión compartida.
Lograr una mayor cohesión entre todos los miembros
Mediante el coaching grupal, es el equipo que descubre sus puntos fuertes y débiles, aprendiendo a identificar sus creencias o juicios limitadores. Y en base a esa visión compartida, el equipo define objetivos definidos y un plan de acción para  la consecución de los mismos.

Si quieres llegar pronto, ve solo; si quieres llegar lejos, ve acompañado.

¿Qué es lo que hace que las personas queramos cooperar hasta ser capaces de generar algo nuevo? 

Desde mi experiencia, son una serie de elementos que hacen que se creen esos lazos afectivos que forman la base imprescindible para luego alcanzar grandes metas:

1.- Interés por las otras personas, por lo que necesitan, por lo que sienten.

2.- Agudeza para captar señales que, en muchas ocasiones, son no verbales, y que expresan el tipo de experiencia que está teniendo una persona.

3.- Empatía, no sólo desde el intelecto, sino también desde la emoción.

4.- Capacidad de escucha, teniendo una presencia total frente al otro.

5.- Curiosidad para preguntar, explorar y conocer en lugar de juzgar de forma automática siguiendo nuestros propios modelos mentales.

6.- Asertividad para expresar el propio sentir, sin deseo de herir, tan solo de ayudar.

7.- Generosidad para dar sin esperar recibir y humildad para pedir ayuda y dejarse ayudar.

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    ¿Será que en los equipos, al sentir todos el apoyo de sus compañeros, al saber que pueden fiarse unos de otros y que si cometen un error en lugar de ser acusados por los demás, estos les van a ayudar a resolverlo, consiguen mantener su eficiencia incluso en entornos de gran presión?

    Hay una base fisiológica para demostrarlo. La conexión emocional entre los seres humanos produce la liberación en la sangre de una hormona llamada oxitocina, también conocida como la hormona del encuentro. La oxitocina permite que ciertas áreas del cerebro se mantengan alerta, sin que se activen los mecanismos de hipervigilancia y alarma. Por eso, los verdaderos equipos siguen moviéndose de manera inteligente y creativa en medio de la presión.

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