ASÍ ES, NO VEMOS EL MUNDO QUE ES, VEMOS EL MUNDO QUE SOMOS.
¿CÓMO TE HABLAS? ¿CÓMO TE SIENTES?
¿CÓMO PUEDES CAMBIAR LA CONTINUA CACOFONÍA MENTAL?

Santiago Ramón y Cajal, premio Nobel de Medicina en 1906, dijo una frase tremendamente potente que en su momento pensamos que era metáforica. Ahora sabemos que es literal: «Todo ser humano, si se lo propone, puede ser escultor de su propio cerebro».

Son nuestros pensamientos los que en gran medida han creado y crean continuamente nuestro mundo. «Hoy sabemos que la confianza en uno mismo, el entusiasmo y la ilusión tienen la capacidad de favorecer las funciones superiores del cerebro».

La zona prefrontal del cerebro, el lugar donde tiene lugar el pensamiento más avanzado, donde se inventa nuestro futuro, donde valoramos alternativas y estrategias para solucionar los problemas y tomar decisiones, está tremendamente influida por el sistema límbico, que es nuestro cerebro emocional. Por eso, lo que el corazón quiere sentir, la mente se lo acaba mostrando». Hay que entrenar esa mente!.

Está demostrado científicamente que el distrés, esa sensación de agobio permanente, produce cambios muy sorprendentes en el funcionamiento del cerebro y en el sistema hormonal. Tiene la capacidad de lesionar neuronas de la memoria y del aprendizaje localizadas en el hipocampo. Afectando a nuestra capacidad intelectual ya que dejan sin riego sanguíneo aquellas zonas de cerebro más necesarias para tomar decisiones adecuadas.

Las palabras dichas y las no dichas activan los núcleos amigdalinos, por ejemplo los núcleos del miedo que transforman las hormonas y los procesos mentales. Está demostrado que cuando una persona consigue reducir su cháchara mental y entrar en silencio, las migrañas y el dolor coronario pueden reducirse un 80%.

Sal de la espiral del mal humor

Una forma de salir de esta espiral y dejar de justificar nuestro mal humor, estrés o tristeza es sacando el foco de atención a esos pensamientos y llevar la atención a la respiración.

La respiración tiene la capacidad por sí sola de producir cambios en el cerebro, favorece la secreción de hormonas como la serotonina y la endorfina y mejora la sintonía de ritmos cerebrales entre los dos hemisferios.

Te invito a parar un minuto cada dos horas, durante el día de hoy , y  hacer una respiración profunda. Ponte una alarma o algo que te señale que es el momento de parar y respirar. Te aseguro que al terminar el día, te habrás dado cuenta de muchos momentos que hasta ahora te pasaban desapercibidos. Es una manera de empezar a entrenar la mente.

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