Hoy quiero hablarte de la escucha activa de tu cuerpo para dejar en segundo plano tu mente. Otra mirada que cambia tu foco hacia ti, consiguiendo la solución para las situaciones de estrés.
¿Sabes que TU MENTE es la creadora de TU REALIDAD?, y la que te ayuda a enfrentarte a circunstancias que te ayudan a crecer en todas tus áreas de la vida, que analiza, controla, sopesa y da mil vueltas a las situaciones que van apareciendo cada día, es la que también te hace desconectar de lo que sientes.

Cuando todo gira entorno a la mente, somos presa de bajar los niveles de nuestros sentidos. Todo pasa por ese filtro organizador y exigente mental que lo que quiere es tu supervivencia. Y está fenomenal! No lo dudes, aunque también hay otra forma de solucionar conflictos y cambiar el foco y la mirada hacia nosotros.
Cuando aprendes a mirarte desde fuera a dentro, consigues beneficios incalculables de autoestima, reflexión, calma y soluciones más potentes y enriquecedores desde una mirada asertiva y profunda. Aprendemos a decirle que se pare, a decirle NO, esto no me interesa y esto SI, consiguiendo atender lo que nos dice nuestro cuerpo y generando salud emocional.

Muchas enfermedades son el resultado o la consecuencia directa de un cúmulo de emociones reprimidas durante cierto tiempo. Nos hemos acostumbrado a vivir en alerta de forma permanente, lo cual nos impide tomar verdadera conciencia de lo que pasa en nuestro cuerpo. Permítete de experimentar lo que sientes para fluir en lo sucedido con una mirada más amable hacia ti.

Antes de llegar a conseguir tus migrañas crónicas, las contracturas y alergias … que te bloquearon algunos días sin poder ir a trabajar, y ¿por qué no? y un sin fin de avisos físicos, párate a escuchar los mensajes sutiles de tu cuerpo.

Para hacerte una idea, las lágrimas de alegría y las de tristeza difieren en su composición y en las hormonas que las provocan, así como en su finalidad. Por ello, es muy importante dejar que broten si nuestro cuerpo nos lo pide.

¿Y si te explico que puedes aumentar tu nivel de consciencia y salud a través de vivir más atento y gestionando esa “chachara mental” que te desequilibra muchas veces llegando a estresarte y bloquearte?
¿Sabes poner foco en el cuerpo para escuchar su diálogo?
¿Cómo lo puedo hacer?
¿Qué beneficios vas a tener?

Para poner foco en tu cuerpo y escuchar lo que te dice, cierra los ojos y dedica un momento a repasar lo sucedido en las últimas horas o en los últimos días.
Seguramente esto puede darte una pista sobre lo que ha desencadenado ciertos síntomas. Empieza por algo sencillo. Si estás cansado, descansa. Si tienes ganas de llorar, hazlo. Nota tus reacciones corporales atendiendo si tu respiración es más rápida o lenta, si tus músculos se tensan o relajan. No es necesario conocer la razón por la que se nos acelera el corazón, esto es razonar y justificar o juzgar el motivo. Ahora se trata de sentirlo.

EJERCICIO DE ATENCIÓN AL CUERPO:

1.- Paras y observas la situación y la sensación de tu cuerpo. Si observas los primeros signos de intranquilidad, rabia, enfado, miedo, pregúntate qué te esta diciendo tu cuerpo con esta tensión, malestar, insomnio o falta de energía. ¿Es algo que ya lleva tiempo ocurriendo? ¿Se repite en determinados momentos o con determinadas personas? ¿ es desde que he cambiado este hábito u otro? ¿Coincide que tuviste una discusión con alguien? Y ¿qué sentiste después, al día siguiente?

Estas preguntas te ayudarán a detectar qué es lo que te hace sentir bien y qué no. A saber qué sensaciones son las que tienes que prestar más atención. Descubrirás el impacto negativo de la situación.

2.- Practicar 10 minutos de Mindfulness al día cambian la estructura de tu cerebro, fortaleciendo determinadas conexiones cerebrales que hacen que tu bienestar suba y tus síntomas de estrés bajen.

Elige un rato para poner solución a la preocupación que está desequilibrando tu salud. Busca salidas hablando con amigos, pareja o alguien que te acompañe a encontrar otra mirada. Cada vez que te pilles a ti mismo pensando demasiado, aplaza esa preocupación a una hora destinada para ello. Siempre que no sea para entrar al pensamiento recurrente y sin solución. Las preocupaciones son como las canciones del verano, oyes una canción y te pasas el verano tarareándola. Cuanto más esfuerzo haces por dejar de cantarla, más se te viene a la cabeza. Con tus pensamientos repetitivos ocurre igual. La forma de salir es tener el hábito de parar con la práctica de Meditación o con Mindfulness.

La acciones que te llevan a una ”vida plena“ (entendiendo por vida plena hacer las cosas con amabilidad, dar y recibir, disfrutar de los momentos de plenitud, equivocarse y volver a comenzar, reír, llorar, practicar el silencio, comer con consciencia y disfrutar de que estas vivos) es estar en sintonía con nuestras emociones, siendo nosotros los hacedores de nuestro camino para elegir cómo manejar las emociones a través de los avisos que te da el cuerpo.

Él, es una fuente inagotable de dialogo que nos habla cada día de lo que sentimos y cómo lo sentimos. Así nos orienta y nos avisa que el camino que elegimos es el mejor para nosotros, además de que nos da los recursos para que hagamos cambios en nuestro estado mental y anímico. Te propongo que experimentes contigo:

  • Tal vez no paras nunca tu ritmo y anhelas unos días de vacaciones para desconectar. Y una vez que los tienes, te embarcas en mil actividades, contestas todos los correos que no habías tenido tiempo y te llevas tres libros para evadirte pensar en otras mil cosas que no te benefician, te machacas intentando descargar las tensiones con otro horario que no es el habitual y por fin sales mucho de cenas, fiestas y juegas un campeonato de tenis….. Después llegarás a tu rutina y dirás que has desconectado, ¿de qué? , de levantarte a la hora X para ir a trabajar, de tragarte atascos , de soportar las charlas de los compis que te aburren? ¿Y tu cuerpo que ha sentido? ¿con qué te has conectado? ¿Te sientes feliz o esperas a las próximas vacaciones?
  • Poner foco en tu cuerpo es darte cuenta del nudo en la garganta que has notado cuando no has dicho lo que sentías a tu pareja, amigo o jefe. De darte cuenta cuando te levantas por la mañana con la cabeza cargada o contracturado. La punzada que sientes en el estómago por la actitud de un compañero y te enfadas, creándote inseguridad, rabia , cuando te descompone el cuerpo si tienes que ir a una entrevista de trabajo…..Posiblemente te has acostumbrado a convivir con el dolor, las molestias, las tensiones, y tal vez no paras nunca y tu ritmo hace que no puedas percibir lo que sientes.

Cultivar la actitud de la amabilidad y el agradecimiento te desconecta de los pensamientos negativos y cambia tu paradigma al de abundancia.

Recomendación lectura:

– El don de la sensibilidad de Elaine Aron.
– Libro del Dalai Lama acerca de la felicidad.