PSOAS, no son unas siglas políticas. Es algo muy interesante para tu vida. En este artículo, te lo cuento todo.
Es el único músculo que conecta la columna vertebral con las piernas, el responsable de mantenernos de pie y el que nos permite levantar las piernas para caminar. Un psoas sano estabiliza la columna vertebral y proporciona apoyo a través del tronco, formando además un buen estante para los órganos abdominales
El Psoas es mucho más que un núcleo de estabilización muscular, es un órgano de percepción compuesta de tejido bio-inteligentes y “literalmente encarna nuestro deseo más profundo de supervivencia y, aún más profundamente, nuestro deseo elemental de florecer”.
Es el portavoz de tus emociones
Es el mensajero primario del sistema nervioso central, se considera que es el portavoz de las emociones (“el de las mariposas de la tripa”) esto es debido a que está conectado con el diafragma a través del tejido conectivo, así que está implicado tanto en la respiración, como en el miedo reflejo. Esto es debido a que el músculo psoas está directamente relacionado con el cerebro reptil, la parte interior más antigua del tronco cerebral y la médula espinal
(Koch: “mucho antes de la palabra hablada o de la capacidad de organización del cortex desarrollado, el cerebro reptil, conocido por sus instintos de supervivencia, mantiene nuestro funcionamiento básico esencial”.)
Nuestro rápido ritmo de vida, que dispara los niveles de adrenalina del sistema nervioso simpático, activa y mantiene en tensión, de forma crónica al psoas, por lo que está, literalmente, listo para correr o luchar en todo momento.
¿Qué nos produce este estado continuo de estrés en el psoas?
El psoas se contrae y produce una serie de condiciones dolorosas de espalda, sacro, ciática, problemas de discos, degeneración de la cadera, dolor de rodillas, escoliosis, problemas digestivos, infertilidad, menstruación dolorosa. Además de crear problemas estructurales, también constriñe los órganos, porque ejerce presión sobre los nervios, interfiere con el movimiento de los fluidos, y deteriora la respiración diafragmática.
El psoas está tan íntimamente involucrado en este tipo de reacciones físicas y emocionales básicas, que envía continuamente señales de peligro al cuerpo, por lo que la reacción de las glándulas suprarrenales y el sistema inmunológico se ven alterados.
¿Qué solución saludable podemos incorporar?
Trabajar con el psoas no quiere decir tratar de controlar este músculo, sino cultivar la conciencia necesaria para detectar sus mensajes.
Son muchas las posturas de YOGA que trabajan para liberar la tensión innecesaria del psoas; pues un psoas relajado nos permite fluir, jugar con la vida y desplegar nuestra vitalidad y expresión creativa.
Un psoas liberado permite alargar mucho más la parte delantera de los muslos y permite a las piernas y la pelvis moverse con mayor fluidez e independencia. Mejora la posición de la columna y de todo el torso, con la consecuente repercusión en la mejora de las funciones de los órganos abdominales, en la respiración y en el corazón.
El músculo del alma
En algunas filosofías orientales, al psoas se le conoce como el “músculo del alma”, un centro de energía principal del cuerpo. Cuanto más flexible y fuerte esté el psoas, más podrá nuestra energía vital fluir a través de los huesos, músculos y articulaciones.
El psoas sería como un órgano de canalización de la energía, un núcleo que nos conecta a la tierra, nos permite crear un soporte firme y equilibrado desde el centro de nuestra pelvis. Así, la columna vertebral se alarga y a través de ella, puede fluir toda nuestra vitalidad.
Por lo tanto, podría valer la pena, la próxima vez que practiques algún ejercicio, sintonizar y poner atención a lo que tus psoas bio-inteligentes tienen que decir.
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