En esta ocasión quiero hablar de una situación que cada vez aparece más en mis procesos de coaching y en los cursos que imparto. Se trata de un trastorno que invalida y da múltiple sintomatología y que aparece cuando sentimos que no podemos más o queremos tirar la toalla.
El estrés es el factor determinante para desarrollar este tipo de problemática conocida por el Síndrome de Burnout (estar quemado en el trabajo). Este síndrome suele darse con mayor frecuencia en aquellos puestos de trabajo relacionados con atención a terceros como son:
- Docentes
- Personal sanitario
- Personas que trabajan en atención al público.
- Cuidadores de enfermos crónicos, etc
En la actualidad los índices son tan elevados que se ha convertido en un problema de salud muy importante. Tener herramientas necesarias para detectar y poder salir de este sufrimiento te ayudará a estar en coherencia y armonía con un mejor equilibrio físico y mental.
Si respondes en positivo algunas de estas preguntas te puede dar alguna pista para estar más atento:
- ¿Te has vuelto cínico o crítico en tu trabajo?
- ¿Estas irritable o impaciente con los compañeros?
- ¿Te falta energía y satisfacción en tus logros?
- ¿Te sientes desilusionado con tu trabajo?
- ¿Tus hábitos de sueño, apetito, han cambiado ?
- ¿Dolores de cabeza inexplicables, u otros problemas físicos?
Estos y algunos más son los primeros síntomas que puedes detectar si en tu trabajo tienes un estrés crónico, que tendrá repercusiones de índole individual y que también afectarán a aspectos organizacionales y sociales.
Es importante que tomes conciencia para no caer en estas situaciones tan desagradables y dolorosas. Tienen solución por supuesto, y se puede encontrar SIEMPRE, SIEMPRE, una salida aprendiendo a gestionar tus emociones.
Este Síndrome, es un fenómeno en el que se detectan un conjunto de síntomas comunes y que también se le conoce como “trastorno adaptativo” relacionado con el entorno laboral.
No es necesario que estés presente en el trabajo, simplemente puedes reaccionar ante un pensamiento o una noticia del periódico o incluso al ver el logotipo de tu empresa en algún lugar.
Las causas que lo pueden desencadenar son tanto AMBIENTALES como PERSONALES, es decir, lo que a una persona le puede generar un estrés tremendo, a otra le puede suponer un reto divertido. Evidentemente hay factores como el acoso laboral “mobbing” por parte de compañeros o superiores en el lugar de trabajo que también puede favorecer la aparición de este síndrome.
¿Qué circunstancias favorecen la aparición del SINDROME BURNOUT?
Sentirte poco valorado o sentir que lo que haces no les importa a tus compañeros, objetivos que no suponen ningún reto, que te aburren , y en un entorno a veces, poco estimulante, o en empresas en las que puedes sentirte un número, independientemente que sea importante lo que haces para el conjunto del equipo, es un buen caldo de cultivo para que se de esta situación, siempre pensando en tu contexto interno.
Ocurre en los trabajos en los que no hay refuerzo positivo, sino simplemente castigo o indiferencia. Por más que intentes hacerlo lo mejor posible, sientes que no obtienes el reconocimiento que mereces, que puede ser económico o social. Poco a poco vas bajando tu ritmo hasta perder por completo tu motivación, además de:
- Entornos de jornadas laborales demasiado largas.
- Trabajos monótonos.
- Un elevado nivel de responsabilidad.
- Algunos puestos de trabajo que exigen gran atención y concentración sobre la tarea realizada, dónde el más mínimo error puede tener consecuencias desastrosas, por ejemplo sería el del personal sanitario, de cuyas manos muchas veces depende la vida de un paciente.
- El acoso laboral “mobbing”por parte de compañeros o superiores en el lugar de trabajo también puede favorecer la aparición de este síndrome.
¿Fases o estadios del SINDROME BURNOUT?
Lo primero que siente una persona que padece este síndrome es el estrés para afrontar las demandas del medio, pero como este estado requiere de la movilización de muchos recursos, si no consigues cambiar la situación.
POCO A POCO se entra en un estado de conservación de energía, que aparecen con emociones de tristeza, apatía, desilusión, etc.
Ante una situación en la que nos sentimos sin motivación, pasaremos después a situaciones en las que es probable que esté presente el agresor, si lo hay, o la situación, que nos produce esta ansiedad o sensación de peligro, con lo que se desarrolla una tendencia a evitar todos lo estímulos relacionados con el trabajo, puesto que nos producen emociones desagradables para llegar al final, hasta situaciones que nada tienen que ver con el entorno laboral.
El patrón común se da cuando percibimos que tenemos recursos insuficientes para hacer frente a las demandas del ambiente. Nuestro cuerpo reacciona con fase de estrés para poder estar a la altura. Nuestro cerebro se adaptará y modificará la activación para poder reaccionar más rápido o luchar con más ahínco y salir de la situación. Esta fase nos hace consumir grandes cantidades de energía. Y lógicamente la fase siguiente será la fase de meseta, en la que la activación es menor, aunque seguiremos en modo lucha o huida. Entrando en fase de agotamiento si la situación permanece, que para nuestro cuerpo es vital para conservar la energía. ( notarás cansancio, tristeza, sensación de inutilidad, poca motivación…etc)
Factores de favorecen la motivación
Las motivaciones internas siempre nos llevarán a esforzarnos, y dar lo mejor de uno mismo para llegar a nuestra realización, disfrutando, incluso aunque consideremos que estamos poco remunerados
Valorarte también está vinculado con el SUELDO, claro, a veces sentir que tenemos demasiada responsabilidad para el sueldo que tenemos nos puede desmotivar por el esfuerzo que realizas y el poco valor que la sociedad le da a tu desempeño. Esta situación nos convierte en personas para la empresa poco productiva, por lo que empezaremos quemarnos.
Te en cuenta que cuando la motivación para hacer algo es externa, las posibilidades de mantener un ritmo alto es menor que si la motivación es interna.
Observa que los factores de las situaciones que te hablo siempre están entrelazadas entre nuestro mundo interno y externo.
NUESTRO MUNDO INTERNO. Genéticamente hay evidencia científica, que si tenemos antecedentes de problemas de estado de ánimo o ansiedad es más probable que seamos susceptibles de desarrollar este tipo de problemas. Tomará un matiz importante, por supuesto, el aprendizaje que hayamos tenido durante toda nuestra vida.
Cuando aprendemos a regular emociones con eficacia, somos más sociales y desarrollamos la gestión del estrés, por lo que, es probable que nuestra capacidad para resistir (Resiliencia) sea mayor.
Y EL MUNDO EXTERNO son los que van depender de las demandas externas del ambiente en el que vives. No olvidemos que estamos en un mundo VUCA. En los trabajos en los que hay riesgo real para nuestra vida, o los muy demandantes a nivel atención, o la retribución económica es muy poca, nos harán sentir que no podemos cubrir nuestras necesidades básicas y nos genera muchísimo estrés.
Podremos resumir los síntomas en este pequeño cuadro:
Cognitivos | Fisiológicos | Emocionales | Conductuales |
---|---|---|---|
Los proceso cognitivos están relacionados con la emoción. Sus síntomas provocan pérdida de memoria, falta de concentración y mayor dificultad para aprender tareas o habilidades nuevas. | Frecuentes dolores musculares, y articulares, que se dan como resultado de la tensión generada por el estrés y que desencadenan contracturas musculares. Gastrointestinales, cardiovasculares, afecciones de la piel, mareos, cefaleas. | Alteraciones del apetito sexual, desmotivación, agotamiento mental. | Estar a la defensiva, irritabilidad y de mal humor agresividad, falta de energía y menor rendimiento. |
Consecuencias de padecerlo
- Aumento del riesgo de conductas perjudiciales como alcoholismo o consumo de drogas.
- Alteraciones del sueño (insomnio)
- Bajada de defensas nuestro sistema inmunológico se resiente haciendo que seamos más propensos a sufrir enfermedades infeccionas provenientes del exterior.
- Aumenta el riesgo de extensión a la relación familiar, amigos, etc.
¿Cómo evitarlo?
ESTARÁ siempre en tus manos hacer que tu trabajo sea cada día algo más agradable. Las limitaciones existen ya que las condiciones laborales no podemos controlarlas :
– La prevención deben empezar por la empresa , evaluando las situaciones que generan el estrés
– Y tomar las decisiones y medidas para intentar reducirlo en lo posible.
– Por otro lado es recomendable que tu modifiques tus expectativas.
– Buenas relaciones sociales con nuestro compañero de trabajo.
– Una actitud positiva y de agradecimiento ( nuestra balanza entre los estímulos positivos y negativos estará más equilibrada.
– Aprender a vivir el momento presente ( las anticipaciones y el pasado es lo que nos lleva a estar en moto automático sufriendo por cosas que no están justo en el aquí.
– Entrena en Mindfulness tus momentos presentes te ayudará a mantener contentos en el ambiente laboral y familiar.
– Afronta de manera activa los problemas. Esto no es poner la otra mejilla, pero si afrontarlos cuanto antes de la mejor manera posible.
– Tu alimentación te ayudará a estar mejor y en forma en todas las áreas de tu vida.
¿Y si lo estas sufriendo?
Cuando estas inmerso en el proceso, lo mejor es pedir ayuda, seguro que para llegar a dónde estas ya llevas mucho tiempo aguantando e ignorando las señales emocionales que tu cuerpo ha ido mandando. Cuando recibes ayuda aprendes algunas técnicas, que harán cambiar los hábitos que no te han ayudado a salir de la situación. Cuando mejoras la situación mejoran la somatizaciones físicas al haber estado expuesto durante tanto tiempo al estrés.
Por otro lado, si sientes que ya estás quemado de tu trabajo, no esperes más y pide ayuda. Te aseguro que la situación puede empeorar
¿Qué pasa con los que cuidan? Sindróme de Burnout en el personal de enfermería y médico
Es un mal común entre los profesionales sanitarios. Existe una elevada burocratización de las instituciones sanitarias por lo que hace que se presenten una baja capacidad de innovación o cambio.
Por otra parte, se vive y sufre un “choque con la realidad”, la formación teórica no prepara para el desequilibrio entre la situación real a la que se debe hacer frente y las expectativas iniciales.
También favorece el entorno estresante generado por el dolor, enfermedad, olores, ruidos, muertes o el hacinamiento propio de algunos centros sanitarios que son buenos ejemplos de las condiciones laborales, sin olvidar que el personal sanitario trata en la jornada laboral, con un gran número de pacientes, los que en general se encuentran de mal humor debido a factores que escapan del control del personal sanitario, por ejemplo los largos tiempo de espera. Por último no podemos olvidar que se está expuesto de modo continuo a sufrimiento y al dolor ajeno, por lo que están sometidos a una enorme presión emocional.
Ejercicio de atención a tu entorno interno
1.- Aprende técnicas de relajación (como la meditación guiada, la escucha de música relajante)
2.- Realiza estiramientos y ejercicios antiestrés como parte de tu rutina y hábitos diarios para que esas zonas donde se genera tensión muscular (hombros o cuello) no deriven a largo plazo en la aparición de contracturas musculares, hernias discales y otro tipo de lesiones.
3.- Practica algún deporte. Siempre adaptado a tu condición física. Caminar es un buen hábito que a diario ayuda a desconectar de nuestros problemas.
4.- Utiliza estrategias asertivas en la comunicación con tus compañeros o jefes:
- Tratarse a uno mismo y a los demás con respeto.
- Ser educado pero firme.
- Ser directo y honesto con los demás.
- Saber expresar aquello que nos preocupa o desagrada frente a los demás con educación.
- Saber hablar y escuchar sin enojarse.
- Ser capaz de controlar nuestras emociones.
- Ver las críticas de los demás como una oportunidad de mejorar.
Algunos vídeos sobre este tema:
Vive cada momento de hoy experimentando lo que sientes, lo que tienes, cómo lo haces, qué te resuena, qué es lo que te acciona o te para…