¿Qué ocurre con nuestro estado de ánimo? ¿De qué manera nos afectan estos cambios externos de luz y temperatura? ¿Qué repercusiones tienen en nuestras sensaciones y emociones?

Existe una vía neurológica que va desde la retina ocular hasta el hipotálamo, una zona situada en el centro del cerebro desde la que se regula la secreción de casi todas las hormonas.

Con acciones muy diversas, aunque reguladas desde el cerebro, estas hormonas son sustancias químicas que se fabrican en las glándulas endocrinas repartidas por todo el cuerpo (tiroides, suprarrenales, ovarios o testículos)

Cada glándula segrega sus hormonas específicas a la sangre, el cual es el transporte que las lleva a todas las células del organismo.

Desde abril a junio hay más horas de sol y la luz que llega a la retina activa a través de esa vía el hipotálamo,  por lo que se despierta la actividad hormonal. El dicho popular lo capta diciéndolo a su manera: “la primavera la sangre altera”.

Es por lo que la respuesta está en la química: la primavera favorece la liberación de diversas hormonas y neurotransmisores, gracias al aumento de la luz y de la temperatura.

  ¿Cómo nos afecta la primavera?

El aumento de ánimo es algo bioquímico. Al haber más horas de luz, generamos más serotonina. Esta sustancia es la encargada de activar nuestro estado emocional positivo.

Este aumento del estado emocional positivo nos ayuda a crear nuevas relaciones o a reforzar las que ya tenemos. Aumentamos nuestra percepción positiva y alimentamos nuestra felicidad.

Pero no a todos nos afecta del mismo modo, seguro que te suena el término «astenia primaveral».

Su origen bioquímico viene por la disminución de beta-endorfinas en el plasma, sustancia encargada de regular el sistema del bienestar.

Principales síntomas de la astenia primaveral

  • Sensación de cansancio,
  • Somnolencia,
  • Falta de motivación,
  • Apatía,
  • Insomnio

La causa de estos síntomas es la proporción de horas de luz y horas de oscuridad, ya que nuestro cuerpo necesita un periodo de adaptación a los nuevos horarios y al cambio de temperaturas.

En este periodo de adaptación el cuerpo gasta mayor energía por lo que nos sentimos más cansados, algo así como un pequeño “jet lag”.

 Los cambios de estación son, períodos propicios también para otras alteraciones, por ejemplo las alergias, que son mucho más frecuentes y  de más intensidad en esta época, las úlceras gástricas, el colon irritable o las dermatitis,  los pacientes depresivos endógenos, se descompensan por lo que podemos advertir cambios en nuestro estado de ánimo relacionados con ciclos meteorológicos.

Formamos parte de un sistema global llamado Naturaleza y cuya esencia es lo circular; así del frío del invierno que cede y el aumento de temperatura cambia la manera en que nos vestimos, la ropa de abrigo sobra, la moda de primavera llega, los cuerpos se broncean y estallan las flores. Bendita alteración que todo lo llena de vida!

 

Aprovechemos y saquemos lo mejor de nosotros en primavera

  • Planea actividades al aire libre e intenta conectar con la naturaleza. Las escapadas son una opción excelente.
  • Vienen muchas frutas de temporada muy apetitosas: aumenta el consumo de frutas, cuanto más colorido, mejor.
  • Las personas enriquecen ¿Porqué no retomar el contacto con aquellas personas que hayas podido tener un distanciamiento durante el invierno?
  • Ojo con aumentar la energía de golpe, aumenta tu actividad de manera paulatina. De lo contrario podemos encontrarnos con ese “cansancio primaveral”.
  • En cuanto a las rutinas, que no se muevan demasiado. Si hay cambios que sean poco a poco.
  • Haz una lista tanto de balance como de objetivos a corto plazo para aprovechar esta estación. Pararse a pensar en uno mismo y empezar a escribir.
  • La mejor para el final: aprovecha para ti el aumento de energía y horas de luz que nos ofrece esta estación. Dedícate tiempo a ti mismo. Eso es un éxito seguro.

 

¿Tienes que hacer frente a la tristeza, el cansancio  y el bloqueo en primavera?

Qué te recomiendo

  • Mantener las rutinas estables: misma hora de comida, de ir a dormir, de ir al gimnasio… Si necesitas hacer cambios, es mejor realizarlos paulatinamente.
  • Aumentar el consumo de frutas y verduras que nos aporten vitaminas, minerales y nutrientes necesarios. Las semillas, frutos secos o cereales integrales también te proporcionarán esa energía que tanto necesitas.
  • Reforzar el contacto social. Quedar con amigos, salir a cenar con la pareja o reunirse con la familia en un día soleado hace que nuestro estado de ánimo mejore, riamos, desconectemos y disfrutemos.
  • Actividad regular. Es el momento perfecto para realizar actividades al aire libre así que no lo dejes pasar, ya sea para conectar con la naturaleza o salir a pasear por la ciudad todos los días, te ayudará. Eso sí, hazlo poco a poco, no pretendas doblar tu actividad física de la noche a la mañana.
  • Dedicar tiempo. Sobre todo, tiempo a ti, a cuidarte, a concederte eso que llevas tiempo posponiendo.
  • Que el aumento de energía no acabe con tus fuerzas o te cree un estrés innecesario por el incremento de actividades. Sigue con tu rutina de relajación, respira a lo largo del día, medita o prioriza lo que realmente es importante.
  • Sean como sean las emociones en primavera, debemos saber gestionarlas, encontrando así el equilibrio para poder seguir nuestro camino. Fija objetivos desde el ahora, come de forma equilibrada, no te dejes llevar por emociones pasajeras y disfruta de esta temporada con todos y cada uno de sus ingredientes.

 

La cohesión de emociones conscientes gestionadas junto a los alimentos en equilibrio llenarán  de “momentos de plenitud” tu día :

1.- Más dosis de triptófano:

La serotonina es el más conocido de los neurotransmisores cerebrales. Es una sustancia que fabrica la propia neurona, pero para ello precisa de triptófano, un aminoácido que se encuentra en las proteínas que ingerimos.

Los plátanos y el aguacate son especialmente ricos en triptófano.

Pero hay más, para que el triptófano entre en la neurona y pueda ser utilizado en la síntesis de serotonina es necesaria la presencia de la insulina y ésta es segregada por el páncreas cuando ingerimos hidratos de carbono.

Por lo tanto una dieta sana y “antidepresiva” debe contar con una buena proporción de carbohidratos, los más aconsejables serán los llamados de metabolización lenta y semilenta que están en el arroz, la pasta y la patata.

 

2.- Alimentos altos en omega 3:

Los frutos secos y el pescado azul son altamente beneficiosos mientras que un exceso de azúcares refinados pueden llegar a dañar nuestro hipocampo.

Las grasas son necesarias para un buen funcionamiento cerebral, de hecho el cerebro es un órgano “muy graso” con gran contenido de fosfolípidos.

Los alimentos grasos más aconsejables para mantener un buen estado de ánimo serían el aceite de oliva, el pescado azul, los frutos secos y especialmente las nueces.

Es curioso que las nueces sean tan buenas para el cerebro y tengan forma de cerebro.

El viejo Galeno hace casi veinte siglos ya lo decía en uno de sus principios médicos: “Lo semejante cura a lo semejante”.

 

3.- Verduras de temporada:

Acelgas, alcachofas, berenjenas, apio, cebolletas, espárragos, espinacas, habas, lechugas, zanahorias y tomates encabezan la lista de verduras de las que podemos disfrutar en los meses que despiden el invierno y nos acercan al verano.

Hay muchas maneras de cocinarlas: como base de ricos guisos, como guarnición, como ingrediente de incontables revueltos y en ensalada, claro. Todos ellos son alimentos ricos en vitaminas del grupo B, vitamina C, en minerales como el hierro, el magnesio, el calcio y/o el potasio.

El cambio de clima también se refleja en las fruterías que se visten de alegres y llamativos colores acompañados de dulces fragancias: níspero, piña, pomelo, albaricoques, cerezas, ciruelas, fresas…

La fruta de la primavera es la más variada y sabrosa del año. Esta inundación de colores se debe en gran medida a los compuestos fotoquímicos.

Estos compuestos son esenciales para mantener un buen estado de salud, y debemos obtenerlos a través de nuestra dieta porque no se producen por nuestro organismo.

Entre ellos destacan:

  • Las antocianinas, responsables del color rojo y morado de las frutas y verduras, tienen propiedades antiinflamatorias, mejoran el sistema circulatorio, regulan la presión arterial y previenen del envejecimiento celular.
  • El licopeno, da el color rojo a verduras como el tomate o frutas como la sandía, y es un potente antioxidante que favorece la reducción de la incidencia de algunos tipos de cánceres como el de próstata o pulmón.
  • Los carotenoides dan color amarillo, naranja y rojizo a melocotones, albaricoques y nísperos. En la fruta estos compuestos se encuentran en forma de beta caroteno. Una vez en nuestro organismo, el beta caroteno se convierte en vitamina A, esencial para la visión, la piel y nuestras defensas.

4.- Las leguminosas:

Desde el comienzo de la primavera hasta finales de verano es un buen momento para consumir guisantes que nos aportan fibra, fósforo, tiamina, niacina, ácido fólico y vitamina C.

Las leguminosas frescas tienen menos hidratos de carbono y calorías que las secas.

 

Ingredientes de primavera que no pueden faltar en tu nevera o despensa

Fresas:

Los fresones, poseen un sabor y aroma intensos. También son más ricos en compuestos antioxidantes y depurativos que la fresa.

Por su contenido en potasio, aumentan la diuresis o formación de orina, lo que contribuye a reducir la tensión arterial y eliminar el ácido úrico.

Su fibra posee a su vez un efecto ligeramente laxante, reduce el colesterol sanguíneo y previene la formación de piedras en la vejiga urinaria.

 Habas:

Al principio de su temporada (febrero-marzo), si las compras en su vaina, son pequeñitas y tiernas. Y cuando crecen, basta con pelarlas una vez cocidas para que se transformen en una delicia.

 Espárragos verdes:

Como tienen mucha fibra y engordan poco, son uno de los alimentos estrella de esta estación.

 Cebollas y ajos tiernos:

Las cebolletas y los ajos tiernos se pueden encontrar casi en cualquier época del año, pero su esplendor llega en marzo.

La cebolla tierna es perfecta para consumirla cruda, pero si te sienta mal, siempre puedes picarla y dejarla media hora en agua con sal y vinagre para que pierda fuerza.

El limón tiene un efecto similar. En cuanto a los ajos, dan un sabor más suave que los dientes y repiten mucho menos.

Guisantes:

Son una buena fuente de proteína vegetal y minerales. Su concentración nutritiva los convierte en un buen aliado de cualquier plan detox, pues en cantidades pequeñas te aportan mucho y además te sacian.

Una ración de 100 gramos aporta la tercera parte del folato que necesitas, pero también buenas cantidades de otras vitaminas del grupo B, lo que los hace muy adecuados para revitalizar el sistema nervioso y mantenerse positivo.

Entre sus minerales destaca su abundante potasio, que al acompañarse de niveles muy bajos de sodio, confiere a los guisantes un efecto diurético.

Posee tanto fibra soluble como insoluble. Su fibra soluble, la pectina, favorece una absorción gradual de la glucosa y, junto a otros componentes hipoglucémicos, contribuye a estabilizar la sensación de saciedad.

Por otra parte, su fibra insoluble actúa contra el estreñimiento y evita la acumulación de sustancias potencialmente dañinas.

Canónigos ricos en potasio:

Es una hoja ligera, pero extraordinariamente nutritiva. De hecho, una ración de 100 gramos aporta solo 12 calorías y las dosis completas de vitaminas A y C que se precisan al día.

Es, de esta selección, el alimento más rico en potasio y además te provee de abundante ácido fólico y hierro.Puedes consumir los canónigos en ensalada, decorar con ellos tus cremas de verduras o añadirlos a tus batidos verdes.

Pera diurética:

La pera es ligera, digestiva y una buena fuente de vitamina C. Pero sobre todo destaca su riqueza en potasio (128 mg/100 g), que le otorga un notable efecto diurético e hipotensor. Junto con la manzana, es además una de las frutas que contiene más pectina, una fibra soluble actúa como depuradora del organismo. Si la consumes con la piel, no solo aprovecharás mejor esa fibra sino también sus flavonoides antioxidantes, aunque convendrá que para ello elijas siempre peras de cultivo ecológico.

Aguacate:

En España se cultivan en Canarias y en las costas granadina y malagueña, pero normalmente nos llega de otros países. La primavera es ideal para tomarlos. Recordad el truco para saber si está en su punto perfecto de maduración: Quitar el botoncito de la parte de arriba. Si el fruto por dentro es amarillo, ¡adelante!

La primavera es una invitación maravillosa a recordar nuestro brillo y auténtico poder interno para compartirlo al mundo, y este renacer es posible, cuando nos limpiamos de todo eso que está bloqueando, saboteando y obstaculizando nuestra  esencia.

Nuestros miedos e inseguridades principalmente a nivel emocional, nos detienen y fuerzan a seguir estancad@s en ese pantano de confusión y menosprecio de nuestros talentos y de nuestra plenitud.

Sólo puedes renacer si primero sueltas todo eso que te está “bloqueando el terreno fértil”. Tal cual sucede en la naturaleza.

No pierdas tu rumbo ni dejes que nadie ni nada, haga que te desvíes de tus objetivos ni de tu dedicación a ti mism@. Anota bien qué es lo que quieres y repásalo por las noches. Canaliza tus energías y emociones. Aprovecha esta primavera siéntela.

 

Ejercicio de momentos de plenitud:

ejerciciodeplenitud-carmen

En una libreta apunta hasta que llegue el verano como tarea,  yo le llamo “quereres”: cada día,  ¿cuántos momentos de plenitud has tenido?

Al principio pensarás que no son tantos, pero saborea la ducha sintiendo ese momento como el primer ritual del día que te prepara un nuevo comienzo, el desayuno, el abrazo de un hijo, la llamada de una amiga, la taza de café que tomas.

Hay montones a los que no prestamos atención y que vivimos sin apreciarlos como verdaderos tesoros.

Te propongo un pequeño ejercicio de reflexión y confidencialidad contigo mism@:

¿Cuáles son los bloqueos que detienen tu plenitud?

¿Qué es necesario soltar para que tu renacer se lleve a cabo?

Ritual

 

Escribe las palabras claves que surjan de tus respuestas en un papel pequeño. Por ejemplo: culpa, dinero, relación de pareja, miedo a…

Que sean los tres bloqueos más fuertes que tienes y que no te permiten brillar. Luego te invito a quemarlos o enterrarlos en la tierra.

Este ritual, realizado con honestidad, coherencia y responsabilidad hacia ti, te ayudarán a generar el espacio para que lo nuevo y renovado se exprese en tu vida. No olvides conectarte a la tierra y el fuego, agradeciéndoles te ayuden en este objetivo.

 

 

¡FELIZ PRIMAVERA!