¿Cómo te sientes ante el confinamiento, después de estar trabajando tu jornada laboral de extremo peligro como sanitari@?
Estos días hay una gran cantidad de trabajo y se suma a que TODOS estamos con preocupación, inseguridad, rabia, impotencia o incluso miedo incluidos los sanitarios.
Las consultas en ambulatorios y la asistencia en los Hospitales están invadidas de situaciones muy preocupantes, aumentando por momentos. Y aunque sea paradójico, cuando se está desbordado hay que parar… y ¿Cuánto? Pues lo mismo que indican las autoridades cuando se conduce: “cada dos horas es bueno hacer un descanso de 10 minutos”. ¿Tiene sentido? Pues si a ti te toca estar en estrés durante toda tu jornada de trabajo como sanitario, también corre peligro tu actuación, tu concentración, tu actitud, tu presencia: Es obligatorio parar.
Y aunque siempre trabajamos en condiciones de estrés por el tipo de trabajo que desempeñamos, ¡ahora es mucho más acentuado el nivel de tensión!. En estos días de Alarma Sanitaria, Social, Económica y Humana.
Alguien o algo nos ha puesto en “jake”, en este caso: la Tierra, que nos obliga a detenernos para tomar las riendas desde el amor y la compasión.
La huella psicológica del coronavirus a nivel individual va a depender de cómo cada persona gestione esta situación y de la red de apoyo con la que cuente. Hay veces que también hay que saber pedir ayuda para sentirnos cuidados. O nos va a dotar de más recursos y estrategias para poder superar situaciones complicadas o, por el contrario, nos va a generar traumas, dejando secuelas de ansiedad por el miedo a que vuelva a suceder otra vez lo mismo. La sociedad, en general, vamos a necesitar un poco más de autocuidado para poder estabilizarnos psicológicamente.
Si no éramos conscientes de lo que estábamos generando, con nuestras prisas, ahora tenemos la oportunidad de tomar el mando de la situación gracias a ese maléfico virus que nos pone a prueba.
Haz que lo importante, tome el primer lugar en tu lista como sanitario que eres y buen profesional. Deja de mirar al otro como a un extraño y empieza a levantar un camino de cooperación y compañerismo. Párate y atiende tus emociones porque la situación es retadora y te ofrece la oportunidad de crecer y adquirir nuevos hábitos y cambios en tu vida que la situación nos está pidiendo
PARARSE y CUIDARSE
1.- Cuando te pares, busca realmente algo que te aporte relajación unos minutos y puedas volver a tu centro. No vale reunirte en una sala de hospital con otros colegas que vas a hablar lo mismo. ¡Eso no sirve! En su lugar, rescata alguna actividad que te ayude a despejar la mente. (foto de estiramientos, automasaje…)
2.-Sitúate primero en la realidad y no en los miedos que puedes tener y que son razonables. A pesar de la confianza que tengas en el sistema puedes llegar a desconfiar. Por tanto, el centro donde trabajas debe proporcionar consultores a nivel emocional para que ayuden a seguir con la labor que desempeñas. No tengas miedo en pedir la mascarilla y la ayuda y soporte emocional que necesitas como humano que eres.
3.- El miedo no se puede poner en cuarentena y se propaga más rápido que el peor de los virus. Cuando la emoción generada por un temor se impone a la razón, es muy difícil mantener la calma.
Aunque el miedo es una emoción desagradable, también es muy saludable y necesaria y ha supuesto la adaptación de la especie a los peligros. Como profesionales de la salud nos debe hacer reflexionar el cambio de paradigma al que estamos llamados a incorporar, gestionar y transmitir.
Los cerebros emocional y racional quedan desconectados, anatómicamente o funcionalmente, los instintos y la emoción dirigen el comportamiento. La razón casi ni aparece, pues uno de sus inconvenientes, es que necesita tiempo para imponerse y las circunstancias extremas no suelen otorgarlo.
Por tanto, sabiendo esto, también debemos acordarnos que una emoción negativa sólo la elimina o cambia otra emoción más fuerte positiva que se impone a la primera razonando sobre el tema o aportando información creíble sobre la reducción del peligro.
4.- Comienza a buscar aliados para que tus emociones sean más positivas y fuertes en este momento. Indaga en tus fortaleza, tu sentido lógico, tu profesionalidad, no niegues lo que sientes ni busques culpables y toma medidas creando pequeñas cosas como:
- Elogios a los que te rodean,
- Cultiva la risa,
- Potencia la colaboración,
- Distráete del asunto haciendo que tu mente no divague y ve a tu futuro más inmediato.
Date permiso para preocuparte más tarde ya que tras ese período de pausa las emociones regresan con una intensidad mucho menor, y presta atención a las cosas buenas.
5.- Plantéate cuáles son tus límites. Ir desbordado, es sinónimo a sufrir estrés: reacción del cuerpo relevante, en la que la persona se siente agotada, puedes encontrarte cansad@ y llegar a tener ataque de ansiedad: Conoce y detecta tus límites
Tenemos los mismos miedo y limitaciones que el resto de la población. Lo fundamental, es tener la cabeza en buenas condiciones y eso tiene que ver con poder controlar pensamientos, emociones negativas y cuidarnos, en estos momentos mucho más, para poder cuidar. No hay una persona igual a otra, todos somos distintos y nuestras reacción tiene que ver con nuestra historia personal, nuestros conocimientos y el contexto en el que estamos.
¿Y si regalas unos momentos cada día para ti? Búscalo ya! Y agéndalo como “Importante”.
6.- Tenemos que preservar nuestra salud psicológica y eso tiene que ver con el cuerpo. Comer y dormir para tener un buen estado físico es esencial. Si uno no duerme, come mal y se pasa todo el día estresado, el cuerpo se resiente. Así que pon atención en qué estas haciendo para estar fuerte y transmitir cuidados al 100%
7.- Mantén una actitud optimista y objetiva. Las personas optimistas rinden más en el día a día. Y si no lo eres, la gran noticia es que se puede trabajar con técnicas de meditación. Las personas optimistas están mejor preparadas para persistir, volver a intentar algo, y su nivel de resiliencia es mayor. Otra forma de comenzar a cambiar el pesimismo por el optimismo es reconocer en cuál te mueves ahora. Presta atención a cómo estas conectado con el mundo y céntrate en mejorar en uno o dos ámbitos.
8.- Lleva a cabo los hábitos adecuados y de higiene y prevención que recomiendan las autoridades sanitarias. Y evita hablar permanentemente del tema. Hay muchas cosas importantes para seguir disfrutando. Aprovecha para hacer cosas que habitualmente por falta de tiempo no puedes hacer, incluido dormir y comer sano.
9 .- No magnifiques ni trivialices el riesgo, apóyate en tu familia y amigos. En estos momentos la tecnología nos ofrece múltiples medios de comunicación para relacionarte (Zoom, Facetime, Houseparty…)
10.- Practica diferentes técnicas de relajación, como la respiración profunda, la meditación, el mindfulness y a autoconciencia. Una vez aceptada la realidad comienzan los nuevos hábitos y la confianza en nosotros mismos.
La autoconciencia te centra en tomar conciencia de ti mism@, pensar más en el presente y buscar soluciones para el aquí y el ahora. Si es tiempo de estar recluidos, es un buen momento para ponerlos en práctica
Encuentra los aspectos positivos que nos da esta crisis de la humanidad.
Cuanto más nos esforcemos en ver qué aspectos quiere enseñarnos esta nueva crisis, más rápido podremos atravesar la curva del cambio.
11.- Informa a tus hijos y familia dejando que fluya la comunicación y les permita exponer sus dudas. Utiliza un lenguaje adaptado a su edad y conocimientos. Ahora tenemos todos mucho más tiempo para atenderlos y comunicarnos, así como, proporcionarles desarrollar sus fortalezas y gestionar el miedo y otras emociones.
Esta terrible crisis mundial que te obliga a quedarte en casa puede ser una oportunidad para pasar más tiempo en familia y compartir momentos de ocio, haciendo cosas como jugar, escuchar música, etc.
12.- Ármate de paciencia y aceptación. Es un buen momento para entender que esto va mucho más allá de solo este mes de parada. Es tiempo para replantear cómo reducir el riesgo y poner en marcha la creatividad para que cuando todo se normalice puedas tener un plan acción diferente al que tienes en estos momentos. Seguro que será más creativo y emocionante
Cuanta más conciencia pongamos y más sinceros seamos con nosotros mismos más rápido despertaremos la capacidad de ver el valor que cada uno llevamos dentro para atravesar esta crisis.
Volverán los abrazos, las risas y la cotidianidad y quizás esto nos haga tomar consciencia y una nueva mirada a cómo estábamos viviendo estos últimos años, donde estábamos desconectados de nuestro ser, de nuestro planeta y de todo los que podemos agradecer por estar vivos.